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La coprofobia es el miedo a las heces o a la defecación. Hace que uno tenga miedo de sus propias heces, pero muchos fóbicos pueden tener más miedo de entrar en contacto con las heces de otras personas o mirarlas. La palabra coprofobia es una combinación de dos palabras griegas a saber coprana/copro esto son heces y Fobos significa profundo disgusto o miedo.
Hasta cierto punto, pequeñas cantidades de miedo pueden ayudarnos. Le dice al cuerpo que corra o se prepare para defenderse del peligro. Este no es el caso de la coprofobia, que en formas extremas puede hacer que una persona intente detener las deposiciones por completo. No hace falta decir que esto puede resultar muy perjudicial.
Exploremos las causas, los síntomas y las opciones de tratamiento de la coprofobia.
Causas de la coprofobia
Las heces o materiales de desecho se excretan del cuerpo y son una parte necesaria de la digestión. Los excrementos tienen un aspecto desagradable, tienen mal olor y contienen bacterias que pueden ser perjudiciales para el organismo. Todos estos factores juegan un papel importante en el proceso de pensamiento de un coprofóbico.
La principal diferencia entre un miedo normal y un fobia Con una fobia, el individuo no tiene control sobre sus reacciones ante el objeto de su miedo, en este caso las heces. Debido a la pérdida de control, el coprofóbico tiene aún más miedo a las heces y, por tanto, se siente doblemente incómodo. Una combinación de factores genéticos, biológicos y psicológicos influyen en esta fobia.
- Es posible que un niño haya escuchado demasiadas historias sobre cómo tocar las heces puede ser perjudicial para su salud. Los padres y cuidadores pueden ser sobreprotectores o demasiado ansiosos cuando se trata de aprender a ir al baño. Esto a veces hace que el niño intente evitar la defecación.
- Las causas psicológicas de la ansiedad podrían ser un evento traumático en la infancia o el pasado de la persona. Es posible que la fótica haya pisado o caído en excremento de perro. Como resultado, es posible que hayan sido ridiculizados o se hayan reído de ellos. Esto hace que el niño permanezca extremadamente atento para evitar las heces y este comportamiento continúa hasta la edad adulta. Tu mente tiende constantemente a recordar la “experiencia” como peor de lo que realmente fue.
- Al morir, el cadáver suele defecar. Un joven que sea testigo de esto puede tener miedo de por vida a las deposiciones y las heces. Luego, el individuo desarrolla ciertos “esquemas”, que son esencialmente una red de conjuntos de patrones de pensamiento y creencias sobre los peligros que pueden enfrentar al encontrarse con heces.
- Algunos coprofóbicos están genéticamente programados para ser «así». Los padres demasiado ansiosos pueden provocar hijos demasiado ansiosos. Ciertos desequilibrios químicos en el cerebro también pueden provocar miedos y fobias extremas. También existe una conexión entre la depresión y las fobias. Alrededor del 20-40% de las personas con ansiedad sufren de depresión. Algunas personas mejoran y se recuperan de una enfermedad pero desarrollan otra.
Síntomas de coprofobia
Los síntomas de la coprofobia pueden variar de persona a persona. En distintos grados, puedes sufrir los siguientes síntomas físicos y psicológicos:
Síntomas físicos
- dificultad para respirar
- Opresión en el pecho
- Ritmo cardíaco acelerado
- Sudor
- Sofocos de frío o calor
- Temblando o temblando
- Chillando, llorando, gritando
- Náuseas, vómitos, pérdida de apetito.
Síntomas psicológicos
- Miedo a la muerte o a morir
- La sensación de huir, huir, esconderse.
- Miedo a perder completamente el control o avergonzarse
Algunos coprofóbicos evitan los baños y aseos públicos. Incluso pueden intentar evitar las deposiciones durante el mayor tiempo posible. Muchos se niegan a caminar en parques para perros donde la caca de perro es común. Algunos fóbicos tienen dificultades para limpiar sus inodoros o, por el contrario, intentan limpiarlos de forma obsesiva para evitar ver caca. Tener hijos o tener mascotas a menudo está fuera de discusión para estas personas. Incluso la idea de tocar o ver caca puede ser traumática para el individuo y provocar un ataque de pánico en toda regla.
Los niños con coprofobia pueden mostrar los siguientes signos:
- Miedo excesivo a defecar.
- Miedo extremo a ver, tocar y tirar la cadena del inodoro o las heces.
- Preocupación excesiva y persistente, que puede provocar pérdida de apetito.
- Miedo excesivo o desgana para ir al baño.
- Pesadillas recurrentes sobre las heces.
- Quejas físicas como dolores de cabeza, vómitos, náuseas o dolor de estómago.
- Los pensamientos obsesivos conducen a conductas compulsivas, como lavarse excesivamente las manos para eliminar los gérmenes después de ir al baño.
Tratamiento por miedo a las heces o deposiciones
Las fobias específicas simples no son tan difíciles de tratar. La mayoría de las personas pueden eliminar o reducir en gran medida sus síntomas de ansiedad utilizando métodos terapéuticos modernos. La buena noticia es que muchos de estos métodos de tratamiento no son complicados y puedes utilizarlos paso a paso, en poco tiempo y, en ocasiones, incluso sin la ayuda de un terapeuta.
Terapia de bricolaje
Los casos menores de coprofobia se pueden resolver mediante técnicas de autoayuda. Puede escuchar música relajante, meditar, llevar un diario o probar la relajación muscular progresiva y la visualización positiva. El ejercicio regular también puede ayudar. Los estudios han demostrado esto El ejercicio estimula las hormonas del bienestar o las endorfinas. que mejoran drásticamente el estado de ánimo y alivian la ansiedad.
Terapia de biorretroalimentación
La biorretroalimentación es un buen método para “medir el estrés”. Un técnico capacitado en biorretroalimentación mide su frecuencia cardíaca y otras funciones biológicas y se las devuelve en forma de luz y sonido. También aprenderás a controlar el estrés mediante técnicas de relajación y cognitivas.
psicoterapia
Ciertas formas de psicoterapia, en particular la terapia cognitivo-conductual, son útiles para tratar los trastornos de ansiedad como la coprofobia. El enfoque requiere un buen psicólogo que pueda enseñarle cómo controlar los síntomas.
La terapia cognitivo-conductual, o TCC, a menudo combina otras terapias, como la terapia con medicamentos y la terapia de exposición gradual, en las que el fóbico aprende a «insensibilizarse» al objeto de su miedo, en este caso las heces. Con la terapia de exposición, la mejora se produce en el 60-80% de los pacientes y en la mayoría de los casos el efecto dura de dos a cuatro años.
La TCC también enseña a los pacientes habilidades prácticas que les ayudan a tener un mejor control de la situación. Los medicamentos pueden ayudar a controlar la ansiedad extrema. Los estudios han demostrado que los pacientes que lo usan una combinación de TCC y medicación tienen menos síntomas y un menor riesgo de recaída. A largo plazo, a menudo es posible que muchos pacientes dejen de tomar la medicación o reduzcan la dosis.
Lea los comentarios a continuación de otras personas que padecen esta fobia o comparta sus propias experiencias. Eche un vistazo también a la sección «Historias de lectores».
Miedo a las heces o fobia a la defecación – coprofobia
La coprofobia, también conocida como miedo a las heces o fobia a la defecación, es un trastorno psicológico poco común que afecta a ciertas personas. Aquellos que sufren de coprofobia experimentan un miedo irracional y extremo hacia las heces o cualquier proceso relacionado con la defecación.
¿Cuáles son los síntomas de la coprofobia?
Los síntomas de la coprofobia pueden variar de una persona a otra, pero a menudo incluyen:
- Miedo intenso o pánico al ver o percibir heces.
- Evitación extrema de lugares donde podría ocurrir la defecación, como baños públicos.
- Preocupación constante por la posibilidad de tener que defecar en público.
- Ansiedad elevada y crisis de pánico.
- Dificultad para llevar una vida normal debido a este miedo.
Es importante tener en cuenta que la coprofobia va más allá del asco natural que muchas personas pueden experimentar ante las heces. Aquellos con esta fobia sufren una angustia desproporcionada que afecta significativamente su calidad de vida.
¿Cuáles son las posibles causas de la coprofobia?
Todavía no se ha identificado una causa específica para la coprofobia. Sin embargo, se cree que esta fobia puede estar relacionada con traumas pasados, como una experiencia traumática durante la niñez o haber presenciado un evento perturbador relacionado con las heces.
Además, factores genéticos, el entorno familiar y ciertos trastornos de ansiedad también se consideran posibles desencadenantes de la coprofobia. Es importante destacar que cada caso es único y puede variar en función de la persona.
¿Cómo se trata la coprofobia?
La coprofobia es un trastorno que puede ser tratado con éxito. Las opciones de tratamiento incluyen:
- Terapia cognitivo-conductual (TCC): Esta forma de terapia ayuda a identificar y cambiar los pensamientos y comportamientos negativos asociados con la fobia.
- Terapia de exposición: Mediante la exposición gradual y controlada a las heces o situaciones relacionadas, se busca reducir el miedo y la ansiedad asociados con la coprofobia.
- Medicación: En algunos casos, los medicamentos pueden ser recetados para ayudar a controlar los síntomas de ansiedad o pánico relacionados con la coprofobia.
Si experimentas miedo intenso a las heces o fobia a la defecación, es importante buscar ayuda profesional. Un psicólogo o psiquiatra especializado en trastornos de ansiedad puede brindarte el apoyo necesario para superar esta fobia y llevar una vida plena y sin miedo.
No dejes que la coprofobia limite tus actividades diarias y tu bienestar emocional. Busca ayuda y da el primer paso hacia la superación de esta fobia.
References:
– Psychology Today
– Verywell Mind