Un baño de sauna no sólo relaja y limpia nuestro cuerpo de toxinas, sino que además constituye un excelente procedimiento para entrenar a activar la irrigación sanguínea de los tejidos de forma pasiva, sin necesidad de ejercicio físico activo.
Entre las enfermedades en que la sauna es un buen remedio, cabe destacar la bronquitis, asma bronquial, estados de hipotensión o hipertensión, reumatismo en músculos y tendones, espasmos musculares, trastornos circulatorios, trastornos en el sistemas nervioso,…